miércoles, 20 de octubre de 2010

“Si yo fuera alcalde”: Algunas ideas para generar una ciudad más sustentable. Nota para el periodico EL SOL DE SAN TELMO

Sustentabilidad barrial, para una ciudad mejor. Una mirada de alcalde.
El crecimiento incontrolable de la ciudad, de la población y del consumo, con el correr de los años nos ha llevado a un desorden humano que ha provocado un desliniamiento en los parámetros para lograr generar una ciudad correctamente sustentable.
La problemática ecológica vinculada directamente con los cambios climáticos, el retiro de residuos, el colapso general del trasporte, que ya no solo se limita a las horas pico, y el mal manejo de las economías regionales y su relación con el capital especulativo, dan como resultado una problemática actual en la cual hay que ponerse a trabajar de forma activa y de manera urgente y consiente, para torcer el rumbo y provocar un barrio, una ciudad y un país sustentable.
En el caso particular de San Telmo, nació con la ciudad misma, pasando de ser el barrio de los altos con las clases pudientes y celebridades históricas, al éxodo por la fiebre amarilla, a la ocupación de distintas colectividades de inmigrantes que han dejado marcas en el barrio, como ser dinamarqueses, finlandeses, y hasta la ya tradicionales colectividades italiana y española. Esta diversidad de clases y culturas es lo que hoy aun sigue identificando a un barrio donde con una población en constante rotación, se mezclan la nueva bohemia, el vecino estable e histórico del barrio y los nuevos capitales especulativos. Paradójico o no, pero la antigua plaza de carretas hoy plaza Dorrego, en un momento se la llamo plaza de comercio, nada diferente de lo que hoy pasa, no? Y ni hablar de la calle Defensa, de ser la primera calle de la ciudad, a ser la linealidad comercial de un barrio que todavía no encuentra una clara unión de sus vecinos como para poder planificar un casco histórico y patrimonial, y no una calle solamente. En fin un barrio que está en el centro pero no es centro y un barrio que se cree barrio pero ya no se conoce ni al vecino. Todo esto genera una transformación y se da de mala manera, ya que estas diferencias sociales e ideológicas mas la tozudez de no aceptar el crecimiento en el caso de los antiguos vecinos, ponen en cuestión nuevas ideas que logran de un gobierno, la discusión entre vecinos y la disuasión de los problemas donde las resoluciones políticas no responden a las necesidades de todos nosotros.
Todo ciudad crece se reformula, cambia continuamente, pero con proyectos y orden se podría plantear una ciudad mejor, y esto se da cuando todos y cada uno de los espacios sin sentido se transforman con sentido propio. Un barrio cuanto más popular hay mas necesidad de espacio público, por consiguiente mas consumo de recursos, mas producción de residuos. San Telmo es vulnerable a este tipo de análisis y al cambio de su entorno, por consiguiente, cuanto más somos, más recursos necesitamos y más problemas por resolver.
La relación entre el espacio público y privado es otro punto saliente, la falta de espacio verde en la zona y la gran cantidad de casas con patios, le dan equilibrio al barrio, pero para ello estos patios deben estar abiertos y de lo posible vinculados con otros espacios urbanos contiguos. Ya que el pulmón verde del parque Lezama, no alcanza para terminar de oxigenar a la población y de bajar un par de grados en la concentración de energía.
El problema del tránsito también debe resolverse. El uso del transporte genera contaminación ambiental por el exceso de monóxido de carbono y contaminación visual cuando existen congestionamientos, así que no sería descabellado pensar en reformular los antiguos metro o tranvías y proponer un sistema de trasporte eléctrico o de energía alternativa que no contamine el medio ambiente y además devolverle el carácter histórico del barrio. También sería necesario el límite de vehículos privados en la zona donde solamente se podría dejar circular a vehículos pertenecientes al barrio con el solo fin de ingresar a sus respectivas cocheras, pero de todas formas habría que educar al vecino respecto del uso del espacio público, con lo cual la gran cantidad de arterias rápidas que integran San Telmo, podrían ser parte del desarrollo del transporte público dejando caduca la circulación de los mismos por las calles internas.
Durante muchos años San Telmo se convirtió en un hacinamiento urbano, provocado por la inmigración al centro generando un impacto social y medioambiental insostenible como en cualquier centro de consumo y generando un colapso en toda la infraestructura de servicios. La clase baja queda exenta del consumo y se abandonan y se aíslan, quedando relegados a la precariedad, esta precariedad se relaciona en forma directa con el impacto ambiental perpetuando el ciclo de erosión y contaminación ”cuanto más precariedad mas erosión y mas contaminación”. La pobreza y el desempleo generan un deficiente sistema sanitario y educativo, y un medio ambiente degradado.
La conclusión es mas segregante aun, la especulación inmobiliaria genera un barrio cerrado y eso es justamente lo que no necesita una ciudad, es decir, economía, ciudad, educación, seguridad y política van de la mano en el desarrollo del tejido urbano.
Eso si la seguridad política debe ser un todo y eso se vive a diario en nuestro barrio, con un mercado que ha dejado de ser mercado, una feria de domingos que mezcla lo legal con lo ilegal, la venta artesanal de la reventa de productos, que termina compitiendo con quien busca el marco legal para su puesto de trabajo, evitando de esta manera la contaminación del espacio urbano, que se ve minimizado por esa invasión ilegal.
Una ciudadanía activa y una vida urbana vibrante son componentes esenciales de una buena ciudad y de su identidad cívica, es por eso que el espacio público debe revitalizarse y debemos utilizarlos todos y cada uno de nosotros. Una buena comunidad se aprecia en el espacio público mismo, no basta con peatonalizar solamente una calle, tal vez sería necesario peatonalizar todo el casco histórico y que este se enriquezca con la participación social de cada uno de los actores de esta comunidad, tomando como ejemplo, otros núcleos urbanos históricos peatonalizados donde existe una vida activa y sustentable. Ciudades como Granada con su Albaicín, Lisboa y sus barrios Alfama y Carmo, hablan por sí solas de sustentabilidad, pero a veces no es necesario irnos tan lejos, basta con mirar Curitiba o Colonia del Sacramento, ciudades que aun no hemos tomado como ejemplo e invertimos en desarrollos al estilo Americano con suburbios de barrios cerrados con seguridad privada que llevan al fracaso y exclusión social, a la contaminación ambiental y a generar políticas poco sustentables.
Es necesario que el aumento del consumo genere una conciencia también renovable y reciclable. Reciclar materiales, reducir el gasto y conservar energías agotables es la clave de una ciudad sostenible y para ello hay que seducir al ciudadano con nuevas políticas. La ciudad debe ser poblada y compacta para poder reducir el trasporte público y el aumento del trasporte privado. La ciudad compacta genera barrio, genera sociedad, espacio público, pero todo dentro del marco de la planificación.
De sumo aporte seria la reutilización de algunos desechos y residuos, las aguas del alcantarillado podrían reutilizase para riego de parques y plazas sin necesidad de arrojar el agua potable de vital necesidad para el consumo humano. Maximizar la utilización de la luz solar, reduciría el empleo de electricidad que se podría atribuir al transporte urbano.
Las ciudades son flexibles y cambiantes por consiguientes sus espacios deben ser flexibles sobre todo cuando existen nuevas propuestas sobre el patrimonio edificado y que muchas veces se cree que solo con conservar la fachada se sigue representando el carácter histórico de la propiedad también teniendo en cuenta que no todo edificio por ser antiguo debe ser protegido, sin antes realizar un estudio acabado de su aporte al conjunto global urbano. Particularmente mi opinión sobre conservación no es solo remitirse a demoler una propiedad y dejar solo su fachada, de hecho grandes historicismos de la arquitectura se han reformulado siendo hoy grandes obras como sucede con el Museo d’Orsay en París, por eso es interesante el yuxtaponer obras de diferentes épocas o renovar la ya establecidas. Así como también darle a obras modernas un lugar armonizado con el entorno histórico, como sucede en el centro Pompidou en París.
Lo más importante en resumen es que un edificio represente historia y no herencia y de hecho hay ciudades que fueron reformulándose con los años y dejaron de ser museos estancos sinónimos de maquetas sacadas de un Truman show antiguo hoy habitadas y vinculadas con edificios nuevos.
No olvidemos que el urbanismo debe diseñar el espacio público y para esto el mundo democrático es relativamente nuevo si analizamos que los espacios públicos siempre fueron dominados por el poder y no por las sociedades y en esto es destacable la labor de los derechos humanos a nivel mundial. Por todo esto es importante la participación de la sociedad en la construcción de las ciudades y en la libertad del espacio público, para lo cual la economía, la industria y la política son los fuertes exponentes para trabajar en la no contaminación y en un mundo más sustentable con mas reciclaje y menos residuos, menos aire viciado y mas ahorro en la utilización de los recursos y de las diferentes energías producidas a un costo sideral.
—Arq. Alejandro Vignapiano, vecino y dueño del Argot Gotan Bar

jueves, 12 de noviembre de 2009

Carta a la Direccion del Suplemento ARQ de Clarin

Como profesional de la arquitectura y como asiduo lector del suplemento desde el año 1992, cuando recibí y me digne a leer la edición del día martes 27 y después de mucho tiempo, me vi con la necesidad de expresar mi más sincera opinión y hacérselas llegar.
Creo que estamos viviendo una etapa de nuestra profesión donde no hay muchas cosas que nos beneficien profesionalmente y nos dignifiquen a los arquitectos sobre todo en Argentina y me parece realmente una pena muy grande que uno de los pocos suplementos interesantes que hay en el mercado como lo es ARQ de Clarín, haga ecos en sus páginas de notas como la de las torres Grand Bourg o Chateau Libertador y todos estos ejemplos de mala praxis profesional que nadie controla y que de a poco están devastando la escena urbanística por un lado y la profesional por el otro.
Me siento con ganas de expresárselos ya que una de las voces del suplemento, el Arq. Miguel Jurado ha realizado una ponencia magistral en la bienal de arquitectura de Buenos Aires, la cual compartí en muchos aspectos, donde se preguntaba si la arquitectura ha muerto (haciendo referencia a la frase de Nietzsche “Dios ha muerto”) y con estos ejemplos no muere la arquitectura sino que la estamos matando nosotros mismos, pero de repente así sean notas pagas por anunciantes, marketing aplicado u otro tipo de razón, tendríamos que dejar de mostrar cosas que le hagan daño a nuestra profesión y que confundan a la sociedad.
Es hora de que en vez de intervenir la ciudad con obras escénicas eclécticas o clasicistas, tratemos de preservar aquellas obras clásicas e históricas que a menudo son demolidas para hacer sobre todo estos malos ejemplos que paradójicamente aparecen en la ciudad como si nada y que ningún organismo que nos ampara profesionalmente haga algo para que esto deje de suceder.
Es mi humilde y sincera opinión, y a pesar de que mande el interés económico quisiera mantener la ilusión de que esto algún día cambiara, que el suplemento dejara de publicar estas notas, que nuestra profesión se dignificara y le seamos útiles a la sociedad, ya que son los menos los que contratan nuestros servicios o los que salen totalmente conformes después de habernos contratado.
Agradezco que esta nota sea leída y saludo cordialmente.

lunes, 12 de octubre de 2009

Una mirada acerca de la Bienal de Arquitectura BA09

Después de 4 días de ponencias de una vasta cantidad de colegas de importante prestigio nacional e internacional, explicando sus obras más recientes en una serie de conferencias magistrales y un cierre en manos de profesionales críticos de la talla de los Arquitectos Manuel Cuadra y Luis Grossman entre otros, podemos llegar a afirmar que la arquitectura aun tiene de que hablar, que tiene cosas que contar y por sobre todo a mi juicio una crisis que superar, para lo cual el dialogo, el debate y un recorrido por proyectos ajenos mas la crítica sobre ellos, empapan a la arquitectura de problemáticas que quedan por resolver.
En general, es importante llevar a la arquitectura y los arquitectos al marco de lo sustentable y sostenible, dos términos diferentes que aun hoy en el imaginario profesional son expresados como un significado de lo mismo y verdaderamente no lo son, confundiendo bajo el mismo término, el ahorro de energía con el impacto ambiental de las obras y la utilización de recursos.
Otro punto importante por resolver es la economía de proyectos, para quien son y que nos van a dejar, sobre todos en las últimamente tan sufridas urbes, que en los últimos años, grandes emprendimientos de usos múltiples en muchos casos, han invadido las grandes ciudades, generando obras de gran envergadura, con costos elevadísimos y usos que a veces parece que le quisiéramos imponer a las diferentes sociedades. Muchos de estos proyectos despiertan un temprano interés pero consigo trae una temprana dejadez y los mismos son afectados por el vandalismo o simplemente por la desidia social por no saber cómo ocupar esos espacios de gran escala. En consecuencia habría que repensar para quienes queremos que sean estos edificios y cuál es la manera de que los mismos mantengan en el tiempo una constante actividad, para que no sean dejados a la libre ocupación. En fin grandes y excelentes monumentalidades arquitectónicas no deberían pensarse como itos de una ciudad para que la misma se destaque internacionalmente, sino más bien habría que pensarlo desde el punto social de que le vamos a dejar esas sociedades, en consecuencia lo que habría que tener en cuenta es el dialogo entre la sociedad y la arquitectura, para que los arquitectos demos respuesta a necesidades reales. Michael Foucault hablaba del vigilar y castigar, por eso sería interesante de repensar esta obras, para que no hablemos de construir y vigilar.
Quisiera destacar algunas frases que nos han dejado esta bienal, y por un lado la del Arquitecto Laureano Forero respecto de hacer arquitectura con las manos y esto lo destaco, porque pareciera que hay un marketing de la imagen tecnológica que ya incluso sobrepasa hasta los ojos de los jurados de concursos, donde muchas veces el impacto de una imagen 3D, se impone por sobre el sustento teórico y en muchos casos funcional de una obra.
Por otro lado destaco la frase del Arquitecto Alberto Campo Baeza, respecto de que la arquitectura debe ser explicada, y sin dudas que así debe ser y para eso debemos trabajar, ya que obras sin explicación nos han llevado al abandono de las mismas y en esto los concursos también tienen mucho que ver y que replantearse, pero también entidades que nos amparan deberían actuar contra los profesionales que ejercen de mala manera nuestra profesión mostrándole a la sociedad la mala praxis atemporal con edificios clásicos en época de nuevas búsquedas espaciales y en esto discrepo con Grossman en su frase de que pena que haya buenos arquitectos jóvenes que mueran tan jóvenes, pero discrepo no por la frase la cual comparto, sino porque además de corresponderles la frase, quienes nos amparan deberían imponer los cánones de lo que se debe hacer y en conclusión sancionarlos para no seguir maltratando nuestras ciudades con edificios que mucha veces solo responden al interés económico.
También esta bienal, como ya venia sucediendo en ocasiones anteriores, nos sigue pidiendo a los arquitectos que sigamos proponiendo, que se vinculen de una vez por todas los concursos de arquitectura y se le de crédito a las mejores propuestas y consultas, como ocurre sobre todo en Europa donde los encargues de obras publica en su mayoría han sido a través de concursos, como fue el caso del Arquitecto Mario Corea por sus obra en España, o bien las propuestas de arquitectura suiza en la presentación de Astrid Detting, entre otros, y esto es una materia pendiente sobre todo en la ciudad de Buenos Aires, donde aun se siguen haciendo obras sin planificación urbana y edificio públicos sin la utilización de los concursos y creo que la manera de trabajar no es por medio de comisiones profesionales dependientes de un gobierno, sino mas bien a través de una consulta profesional popular, en la cual quiero destacar a la Provincia de Santa Fe que con su muestra, ha demostrado el grado de discusión que tiene la obra y el proyecto publico por medio de concursos, modelo a igualar y que para la próxima Bienal podamos premiar escuelas de Buenos Aires resultantes de concursos al igual que sucedió en Oslo.
Creo que todo esto nos lleva a un debate que propongo y digo, ¿no sería necesario, antes de encarar grandes proyectos o proyectos de carácter público, tener como consulta a la sociedad que va a utilizarlos? Como también ¿no sería interesante que todos estos proyectos después de la consulta social, emerjan de un concurso de proyectos que muchas veces se nos pasa de largo en Argentina?
En fin quisiera ser optimista en el futuro y ver una Bienal 2011 en la que nuestra arquitectura por sobre todo, pueda estar a la altura de las circunstancias y que si el mundo se da el gusto de premiar nuevos valores, nosotros tratemos de lograrlo y darle paso a las nuevas ideas y generaciones.

martes, 6 de octubre de 2009

ArchitekTOUR

Un viaje por la arquitectura y la historia, la mirada de turista arquitectonico.
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